“Durante una hora estuvimos dentro de la piscina los tres, acariciándonos, sintiéndonos, saboreando el sabor del amor puro… Nayan se llama….porque lo primero que hizo fue abrir bien los ojos, sin focos que le deslumbrasen ni sonidos que le asustasen, solo pudo sentir el calor de su familia, de su hogar, y el respeto y el amor de las matronas que nos acompañaron”
Para el recuerdo de unos de los momentos más especiales de mi vida: el nacimiento de Nayan.
19 de noviembre del 2014: Son cerca de las nueve de la noche, nuestro vecinos Enrico y Mº José se despiden de nosotros, Mº José sabe que se acerca el momento y que seguramente los planes del día siguiente cambiarían, me mira con complicidad, con una sonrisa que me transmite confianza, como si me dijese: “ya llega la hora, disfruta de la experiencia, de cada instante”….y así hice.
Las contracciones empezaron a ser constantes y rítmicas, cada cinco minutos, Oscar llevó a Noah a dormir, le costó mucho parecía que intuía que su hermanito estaba por llegar….cuando Noah cerró sus ojitos Oscar como poseído por una fuerza sobre natural hizo de nuestro hogar el nido más cálido y acogedor que nunca me podría haber imaginado, no sentía frio ni calor, sólo sentía las ganas de estar en mi, y gracias a su apoyo pude lograr viajar a mi mundo interior que en esta ocasión era una explosión de vida en movimiento.
Las contracciones al principio era suaves …como caricias que aprietan y que cuando te sueltan te relajan… me fui a mi cama pretendiendo dormir, pensé que sería largo el parto e intenté descansar un poco, pero las contracciones me hacían estar alerta y consciente de los que estaba pasando en mi interior.
A las 12 llamé a María una de las matronas que me acompañarían, le dije que estuviera atenta que esa noche no iba a dormir, pero que de momento estuviese tranquila que la llamaría mas tarde.
Oscar mantenía el fuego, cada tanto salía a buscar leña, tenía bien caliente la casa, y hervía a la vez el agua para calentar la piscina de parto, ahí estaba él, corriendo de un lado para otro sin parar, con gotas de sudor recorriéndole la frente, le sentía bien conectado a todos sus sentidos, le sentía emocionado, feliz, seguro. Para mi era como si sus brazos abrazasen toda la casa y a la vez a mí, haciéndome sentir segura, sentía como él me decía sin palabras: “es tu momento….todo va a salir bien…pronto estará nuestro bebé con nosotros…tranquila….todo está controlado”
Noah mientras tanto dormía plácidamente en la habitación, qué iba a saber él que tras la pared su hermanito estaba a punto de nacer.
Yo como si de una cueva se tratase me escondía dentro de mí, para una vez dentro abrir bien los ojos para ver y sentir como mi cuerpo se iba abriendo con cada contracción como si de una flor se tratase, veía como se abrían sus pétalos muy lentamente…al pasar las contracciones sentía un alivio mezclado con una felicidad inmensa, como si mi cuerpo flotase, en ese momento de éxtasis miraba a mi alrededor y me sentía arropada por mi hogar, por el calor de mi familia….
Recuerdo que la luz era tenue, y que el calor de la estufa de leña me relajaba, todo esto me dejaba fluir en mi éxtasis para tomar fuerzas para adentrarme en mi cueva nuevamente…dentro de ella a veces resonaban las voces de las mujeres que me había acompañado en el embarazo y que me habían construido una coraza para que no entrasen los miedos en mi, sus palabras, sus consejos, el recuerdo de sus experiencias me hicieron conectarme con la mujer mamífera que soy y así pude fluir con facilidad.
No había truco, no era un examen en el que si no te aprendes la lección suspendes, es sólo confiar en ti, en la mujer que eres, es confiar en tu bebé y en su instinto por sobrevivir, para nacer. Me escuchaba, me sentía, por eso recorrí varios espacios buscando la postura más cómoda, en la cama, en el sofá, en el baño, era libre para poder elegir, libre para poder escucharme. A la 1:30 me metí en la piscina, el agua estaba tan calentita que me hizo sentir un placer inmenso, esa sensación de flotar en el agua me hizo sentirme ligera como una pluma, y ese mismo placer hizo que mi cuerpo produjese mas oxitocina y que las contracciones fueran mucho menos
espaciadas y más fuertes, lo que me indicaba que se acercaba el momento.
2:30 h. Le dije a Oscar que llamase a María y a Tanti porque yo no era capaz de salirme de mi burbuja y mantener una conversación. María nada más descolgar el teléfono y ver que Oscar era quién hablaba supo que tendría que coger su maleta y venir lo más rápido posible. A la media hora llegó María yo seguía metida en la piscina, su presencia hizo que me mantuviera tranquila en los últimos momentos, su apoyo , su cariño y respeto hacía mi intimidad me hizo seguir conectada conmigo y con mi bebe.
El calor me asfixiaba, salí de la piscina, de la casa, y me fui al baño, y ahí estuve sola, sin nadie, yo conmigo y con mi bebe, en mi mundo, en mi universo. Pensaba en ir a casa, pero las contracciones me impedían cualquier movimiento, María vino a visitarme, y se fue rápido, conectó conmigo y supo que pedía a gritos estar sola, entre contracción y contracción salí corriendo para que me diese tiempo a llegar a casa, en el camino estaba Oscar que venía a decirme algo, al mirarme a los ojos supo que tenía que dejarme seguir mi camino, el siempre me ha sabido ver….llegué a casa….eran las 3:35 h y había llegado tanti, casi no la pude saludar, querían escuchar los latidos de mi bebé, pero yo sólo quería meterme en la piscina y así me dejaron hacer, en la piscina más tranquilamente escucharon los latidos, todo estaba yendo bien.
3:40 h. En la piscina, otra vez el calor arropó mi piel, yo ya solo sentía ganas de empujar para facilitar el camino a mi bebe y de aliviar mi dolor, con mis dedos pude sentir su cabecita que estaba ya tan cerca…que emoción…
Pero…Oscar no estaba…Tanti le llamaba y no aparecía. ¿Dónde estaría? ¿Iría a pedir algo a Enrico nuestro vecino? ¿ Dónde se había metido?(me enteré después que había ido a Maro, el pueblo de al lado a buscar cola de caballo para hacer las infusiones), Yo ya sentía que al siguiente empujón Nayan estaría con nosotros….¿ Y Oscar?, Tanti seguía llamándole y no aparecía, yo intentaba no empujar, quería que él estuviese…y apareció (3,45 h), con los ojos bien abiertos, sorprendido de
que todo fuese tan rápido, y se sentó frente a mi, yo estaba de rodillas apoyada en el borde de la piscina, me relajé, dejé que fluyese, era el momento, ya estaba aquí, (3,50 h) Nayan apareció como con prisa por zambullirse en el agua resbalándose por las paredes de mi cuerpo como un pez cuando se te escapa de las manos, entonces le cogí, estaba sorprendida, exhausta, al cogerle sentí que se me resbalaba como si fuese gelatina, estaba aún arropado por la bolsa, se la
quitamos y vimos su pequeño rostro, su pequeño cuerpecito y sus grandes ojos mirándonos, le puse sobre mi pecho muy cerquita del corazón , durante los nueve meses dentro de mi vientre su sonido había sido su canción de cuna y así seguiría siendo, ni una lagrima derramada en vano, solo amor…. Durante una hora estuvimos dentro de la piscina los tres, acariciándonos, sintiéndonos, saboreando el sabor del amor puro…
Nayan se llama….porque lo primero que hizo fue abrir bien los ojos, sin focos que le deslumbrasen ni sonidos que le asustasen, solo pudo sentir el calor de su familia, de su hogar, y el respeto y el amor de las matronas que nos acompañaron.
Esperamos a que el cordón dejase de latir, media hora siguió alimentándole, estaba fuera pero aún seguía conectado a mí, pero cuando cortó Oscar el cordón(4,40h) no sentí separación alguna porque seguía conmigo, bien cerquita, nadie me lo arrebató de mis brazos para someterle a pruebas innecesarias, pues qué importaba en ese momento cuanto pesaba o media, o otras tantas pruebas por las que les hacen pasar…esa separación es la que duele, la que hace que arda de
dolor el corazón de una madre.
El cordón dejó de alimentarle pero encontró fácilmente el pecho que le relajó tras tanto esfuerzo.
Pronto salió la placenta, y en ese momento me sentí vacía pero feliz…con ganas de echar a correr, ligera como una pluma…es increíble ver la placenta, observarla.., las matronas la cogieron y nos la enseñaron, aquello era lo que había alimentado a Nayan durante 9 meses, era parte de aquel milagro, y en el hospital directamente lo meten en una bolsa para que no lo veas y lo tiran sin más como si de basura se tratase. Es bonito vivir todas las partes del nacimiento, ser consciente y protagonista de todo el proceso sin perderte ningún capítulo.
Oscar y Tanti prepararon un batido con placenta y frutas bien energético, tras el parto entra mucha sed y este batido me sentó de maravilla.
Ya lo único que quería era tumbarme con Nayan en mi cama, bien juntitos, piel con piel, latido con latido.
Las matronas se fueron pero volverían pronto para vernos a los dos al bebé y a mí. También es bonita está sensación, sentir que las personas que te han acompañado en este momento tan especial seguirán acompañándote después y que en parte para ellas también ha sido un momento especial que seguramente no olviden tras cerrar la puerta de una habitación cualquiera.
Ya solos. Es inexplicable esa sensación, la alegría que es sentirte en tu hogar, en tu cama, con tu ropa, tus cosas, esa comodidad que solo estando en tu hogar puedes tener.
Nos fuimos a dormir Oscar, Nayan y yo en la misma cama, esta vez Oscar no tendría que quedarse en el sofá frio de un hospital sintiendo que en cualquier momento nuestra intimidad podría ser interrumpida, y yo no tendría ninguna pegatina incómoda en mi cuerpo, ni me levantaría en un lugar hostil por más que me traigan flores, pero sobre todo, al salir el sol…Noah abriría los ojos y vería que por fin su hermanito estaba con nosotros, en casa, no tendría que ir a conocerle a un hospital, a aquel lugar donde sólo va cuando está malito.
Y así fue, Noah abrió los ojos, no se lo podía creer: Colitas esta aquí!! -dijo, estaba tan emocionado, fue tan bonito ese momento…los 4 juntos en casa, tranquilos, solos, disfrutando de esos momentos que han quedado para siempre grabados en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Noah nació el 3 de Octubre del 2011, 3 años antes, en el hospital (Un hospital “respetuoso”), nunca escribí sobre su nacimiento, y si que me gustaría recordar aquel momento en el que nació y me lo pusieron en el pecho y vi su carita por primera vez, no creo que existan palabras para explicar tanta emoción, creo que no hay sentimiento que se pueda asemejar.
El parto fue bueno, no hubo ninguna complicación y todos me dieron la enhorabuena, pero algo en mi sabía que todo podría haber sido mejor, no me sentía orgullosa….porque sentí que no había sido yo quien llevaba las riendas, me sentía como una niña que se deja acunar, y no como la mujer que soy con poder para poder elegir como quiero que sea mi parto. Las luces impedían mi intimidad, los cables me robaban mi libertad, y el reloj no me dejaba fluir, las voces de personas ajenas no me relajaban, y las paredes frías me daban eso, frio. La epidural, mi gran enemiga en mis comentarios previos se convirtió en mi gran aliada en esos momentos en los que sentía que ya no era dueña de mi.
Gracias Noah porque me enseñaste a ser crítica con algunas prácticas hospitalarias que no comparto, porque me hiciste pensar y reflexionar para no quedarme solo con el resultado, gracias por hacerme fuerte para poder vivir el parto como lo he vivido ahora, sin ti no hubiera sido posible
Gracias Oscar porque sin tu apoyo, sin tus consejos, sin tu punto de vista tampoco hubiera sido posible, gracias por regalarme tan bonitos momentos y ser mi compañero en la vida.
Gracias al equipo de matronas de nacer y cuidar por todo el amor que le ponen a su trabajo, por quitarme miedos, por hacerme sentir segura y por respetarme en cada momento.
Gracias a todas las mamas y papás de maro que tuvieron parto en casa y compartieron conmigo su experiencia y me hicieron fuerte recordándome la mujer mamífera que soy.
“Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo” Michel Odent